3 de septiembre de 2008

La desbordada



Hanni Ossott
Caracas - Venezuela
14 de febrero de 1946
31 de diciembre de 2002
Del país de la pena


" Quién soy?. .. "¿La luz que ilumina esta verja, esta tierra?"

¿Soy los árboles y las plantas? ¿Acaso el mar?

Soy colinas, riberas, agua bañada de luz

Soy un cuerpo cansado de tanta errancia

un cuerpo y un alma cansados del miedo

Soy el temor.

Desde lo profundo y oscuro escucho y tiemblo

Oigo lo profundo, lo oscuro, lo difícil

las contradicciones, todos los polos opuestos

las negruras, las blancuras, los intercambios

como si lo blanco reuniera a lo negro

como si lo negro reuniera a lo blanco.


¿Quién soy?

Primero una pena, luego el soportar.


Veo barcos, barcos múltiples que tocan mi orilla

Veo una casa destrozada por el dolor, demasiado cercana.

Los barcos relucen en la noche

veo sus banderas

ellos son el arribo, la llegada

mas no la cura de la más antigua herida.

Veo barcos enfermos, antiguos, dolientes

y adentro muletas, invalidez, desazón.


¿Quién soy?


El sol me quema, incendia mi piel, ilumina mis ojos

Me vuelvo ardiente, soy ardiente respondo con amor a la canícula.

Yo te he buscado para saber quién soy, y yo no

sé quién soy


La hojarasca me ha arrastrado

Quizás para salvarme

Mi cuerpo está cubierto por una alfombra vegetal

la pelusa de las hojas me acaricia

me he hundido en lo verde

duermo, duermo, duermo

para que todo pase, para que todo termine de pasar.


Soy ahora el pájaro que enterré en el jardín

duermo bajo la tierra para que todo pase

quiero obviar el dolor y el horror. Olvido, olvido. . .

Pienso, ya no es tiempo de la resaca

cada ola me dicta una continuidad

nos la dicta

mi continuidad es una estación sutil, imperceptible

a los apresurados.


Tú llegaste del país de la pena. ¿Adónde, adónde?


El mar se abre en mí, vasto para lavarme,

regarme

poco a poco voy hacia él con respeto.


Y lejos veo los barcos

barcos cargados de llanto, de indignación contenida

barcos magdalenas.


"¿Escribiste el poema, lo lograste hacer bien? Te pregunto."

¿Quién soy? Te fui a buscar

Pero fue en Venecia donde te vi

Allí estaban tus cosas manteles, bisutería, un granate, topacios

Venecia: reposo para la melancolía.

Padezco

¿Quién soy yo?

Quiero ir a la playa, quiero ver el mar

quiero ver la tierra estremecida por el amor del mar

adoraré la belleza, los esplendores

La ciudad me obliga a trabajar

y yo mientras tanto suspiro

suspiro.

Después de tanto dolor creo que las cosas se acomodarán

un remiendo por aquí, otro por allá

estoy extenuada

tres años y medio de edad son suficientes

para entenderlo todo

vida, muerte, abandonos, distancias.


No soy hija de la guerra, suspiro...

soy nieta


Este pasado me lo voy a tomar lentamente, con demoras

(mi marido es humorista y ríe, ríe de mí y tiene razón)

También mi padre decía: "Hay que reírse"

pero no pudo reír, de tanta pena.


¿Quién soy? Creo que soy una trinitaria encendida

una trinitaria fucsia

colgando sobre el muro.

He colocado mi florecer sobre el muro

para que sea más hermoso

para que se suavice

quizás quiero ocultar u olvidarme

de esa piedra tan áspera. El muro.

El muro de Berlín.


No quiero el horror sino la tolerancia

la casa, amigos, libros,

el granate de amor, los hermanos.


Quiero que en mí se resuelva el mar, la hojarasca.


¿Dónde estás? ¿Dime, quién soy yo?


Los árboles están silentes, no hay grillos

sólo lo metálico suena

máquinas y dinero se dejan sentir

oigo carros y al fondo una huelga

¡nada pasa aquí!

pero las luces están encendidas

y el corazón arde.

Soy testigo de esto. Y de lo otro

Soy testigo.


No importa. Allí está la flor del apamate

Tú dijiste que era la flor del apamate.

He visto la flor del cerezo

era bellísima.


Doctor, era bellísima. Ah, tanto agobio, a veces carezco de fuerzas.


Todo lo que tenemos que cuidar: nosotros, la tierra, el alma

supongamos que la poesía también

y los niños, el niño en nosotros

la cocina, la lucidez en la cocina

la lista es demasiado larga

y es demasiado para nosotras

¿podrán los hombres ayudarnos?

¿oírnos?

demasiado peso; sí, demasiado peso demasiado

agobio.


Venecia, Venezuela

Suspiro, tiemblo, ardo

Mi marido trabaja y es de noche. Las gatas chillan.

Oigo el mar, la caracola me informa

No todo es resolución, pero algo debe resolverse

algo así como una paga

¿pero qué?, no sé...


¿Qué soy? Escucho algo en mí, una voz, quizás

algo que quiere salir

algo claro

que ahora no entiendo, que rumorea.


¿Soy de la Edad Media?

atrás están mis muertos

atrás y cerca

ellos, los dolientes

los que no entendieron el absurdo

su propio absurdo

los que no pudieron verse aún

ellos, los adolescentes

los que padecían, adolecían.


Una vez dije: El mar en mí no deja dormir

Ahora lo sé,

sé qué significa la vigilia

estoy atenta

llevo algas apegadas a mi cuerpo.


¿Quién soy? ¿Una ruta? ¿Un camino?

¿Una carretera entre ciudad y ciudad?

¿Seré un intermedio, un lapso?

No la conciliación, no. Sino algo más

Veamos, debo clarificarme, o quizás no.


Veo una línea de palmas, una neblina

Allí hay dos y tres

un hombre, una mujer

dos hombres lejos,

niños


Sé lo que ello significa

arenisca, polvo visto entre la luz

puntos que atajo


Mi corazón arde, latido a latido

no hay fragua

estoy en calma.


La casa está aquí, aquí los fuegos y las aguas

aquí el lar

Pero tú, tú sufriste tanto, para todo esto


Ah... mi pasión. Ah... mis perdones

Claridad, luz divina, ven a mí.


El sol arde y quema, se consagra frente a mi otoño

El sol me habla, contra el otoño, contra la ruina

pero también soy el otoño.


Ah fruta veloz pronta a la tristeza

todo lo bello en ti, pelusa de durazno

se regala para ser higo

como si fuese un intercambio

entre lo difícil y lo fresco.


Mi ámbito, ¡cuánta claridad!

Oh tierra, cuánto debo hacer para comprenderte

cuán minuciosa debo ser.

Ahora vivo en el detalle, en fragmentos, en trazos

sobre la línea de un rostro.


¿Quién soy?

No tengo cara, seguro, es seguro, no tengo cara

mis ojos vuelan más allá

mis pómulos son contundentes

mi cabello revolotea o se hace dócil

la luz lo abrillanta, lo achica

fuegos en mí arden


Y ahora quiero algo parecido a la paz

algo así como lo regular

tiemblo encendida de tanta pasión

(Mi marido está durmiendo..., al fin; así no me oye

mi marido sabe cuando pienso, cuando siento,

la resonancia de mí le llega y es fuerte).


Estoy en mi cuarto, en mi "cuarto propio"

Allí está la ardilla alemana

las muñecas: la inglesa, la merideña

la venezolana, la italiana

allí está el pájaro primitivo

la talla

allí la foto del balcón hacia ningún lugar


Grecia, Alemania, Venezuela, Londres, Venecia, Egipto.

Los cuidos.

Es demasiado. Suficiente. Suficiente.

Carezco de fuerzas

He dejado el poema, la palabra

He hablado demasiado.


Ya casi no hay culpas

sólo la sombra desfalleciente de lo que somos

amparo

queremos amparo

los buques con sus luces

las banderas

los cañones, las balas, las invisibles balas

ya no entran en mí

oigo sólo la voz de los grillos

la voz de la tierra

la voz de la naturaleza

queda, casi mugiente

como una imploración

¿quién oye?

¿quién está allí?

¿quién habla?

Toco a

las puertas

No es el de adentro quien pregunta

Es el de afuera

el demolido

el cansado

el exhausto

Y mi voz se alarga, se extiende

¿Quién está allí?


El rayo de luz se ha acortado

debo dormir, es de noche

los ángeles nos cubrirán

como a una pareja de amor

en cuido

Mi alma sola late y veo los reflejos

hay allí un cuaderno, hay allí un lápiz

un molinillo de café

y está la firma de Steinberg, a quien no conozco


El grillo salta y salta -lleva la libertad en sí

Acciono, acciono y no comprendo

trato de comprender, lentamente

mi niñez y mi vejez lo impiden

tengo cuarenta años.


Dios, ¿qué significo. .. ¿quién soy?

Hay un alba, sí

y una medianoche

hay un cuerpo que ondula

hay mujeres con un pañuelo amarrado a la cabeza

y eso significa algo, un luto quizás

pañuelos negros para sujetar la desesperación

creo que todo tiene significado

sé de todo lo que significa


¿Quién soy? ¿Tengo yo un significado?

¿Soy una palabra, un viento, una planta?

Mi corazón arde. Lloro, ardo...

Ahí voy, como a la sombra de destinos

La pluma de mi pluma está ardiente

revoloteando, siguiendo la brisa


Mar, en ti confío para que des a los otros su límite

como a la playa

Estoy absorta ante ti, casi espantada

todos mis riesgos se retraen

Cuido. Cuido. Cuido. Habrá que ir con cuido.


¿Qué más? Las estrellas están allí. Silentes.

Y hay obra. Corazón.

Si todo esto ha sido malo... ¿entonces?

Entonces no habrá corrección.


¿Quién soy? ¿El milagro de un error?

La ventana se abre

La culpa se ventila

El sol irradia


En la costa yace un marinero

la mujer llora

desconsuelo, desconsuelo, desconsuelo


No hay punto final para esta guerra

esta guerra horrible

esta destrucción

mi alma ha sido partida en dos

piedad por mis ángeles

Santa Cruz


He llorado. La tierra me sublima. Los vegetales

La carne

El hombre me sublima

y estoy por él más allá de él

entre cacharros y suspiros

Por ello lavo la casa

Y este grito solitario... ¿qué será?

Suficiente.


Es la luz de la Luna lo que hoy me ilumina. "

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