7 de mayo de 2008

El oro

Si el oro prolongase nuestro años.
El oro sin cesar adquiriría,
Y al mirar ante mí la helada Muerte,
Toma todo, dijérale en seguida;
Toma, y déjame en paz
¿pero a qué sirve el bien mayor
que forma nuestra dicha?
Con la muerte ese oro nada puede;
Y si es la muerte inevitable, impía,
Y es la Parca feroz y es inhumana,
¿Para qué quiero avaro sin medida
Acumular el oro? Los placeres
Que en la mesa se gozan: las delicias
Al lado de una hermosa a quien se ama,
¿No son tesoro de mayor estima?
¿Qué hallar el hombre en su existencia puede,
Que más resuma las humanas dichas?

Anacreonte
(Teos de Lidia, actual Grecia, s. VI a.C.-id., s. V
a.C.)

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